Los purificadores de combustible son los únicos productos que usan las tres etapas del proceso de purificación, utilizando los bien conocidos principios de separación de partículas: centrífugo, y de fusión. Con estos principios, el agua y otros contaminantes son aislados del combustible, así se elimina el atascamiento de los filtros y averías en inyectores, ahorrando tiempo y molestias al no tener que hacer cambio de filtros con gran frecuencia.
Cuando el combustible entra en el purificador, el caudal baja haciendo un movimiento circular hacia una cámara interna de paredes deflectoras, tras lo cual llega a otra cámara interior correspondiente al purificador.
Funcionamiento.
- En la primera etapa de purificación la velocidad del combustible baja considerablemente, permitiendo que el agua caiga libre y los demás contaminantes mantengan su masa, sin emulsionarse con el combustible. Las impurezas acumuladas se mantienen en el fondo del purificador hasta ser purgadas.
- En la segunda etapa de purificación, el combustible emigra a través de unas paredes con pequeñas perforaciones que se encargan de detener cualquier partícula. Debido a la fusión en ellas, el agua remanente decanta por su propio peso.
- En la etapa final de purificación, el combustible pasa a través de nuestro medio de fusión patentado, para así asegurar que cualquier pequeña partícula de agua o contaminante sea eliminada eficazmente del sistema de combustible. Únicamente este último, ya limpio, sube finalmente a la superficie, logrando con ello una mejor y más pura combustión, como también una inyección más rápida. El combustible depurado ayuda a mejorar la fiabilidad del motor, su potencia, su eficiencia, y también su vida útil.
Beneficios.
- Operacionales: Mejora el rendimiento del motor y aumenta su vida útil.
- Financieros: Disminuye los gastos de mantención, reparación y otros costos asociados.
- Ecológicos: Reduce la contaminación. Según mediciones efectuadas en Estados Unidos, el rango va entre un 6% a un 17%.